EXPERIENCIA EN UN AULA DE LENGUA DE 1º Y 2º DE LA ESO
Al enfrentarme al tema de las conjugaciones verbales en los cursos de 1º y 2º de la ESO, me encontré con que muchos alumnos aseguraban que ya se los sabían de cursos anteriores, porque –según decían– se los habían mandado copiar.
Pensaba entonces que, aunque copiar los verbos es, sin lugar a dudas, un método efectivo para que los alumnos los aprendan; muchos no lo harían por lo pesado del trabajo. Decidimos en el Departamento de Lengua buscar algún ejercicio que motivase a los chicos a aprenderse los verbos.
Pensamos que se podía hacer una actividad basada en el juego, de tal manera que, usando las reglas de la Champions League de fútbol, podíamos inventar un sistema de enfrentamientos con las conjugaciones verbales como protagonistas. En la primera clase que probamos (que elegimos por ser muy futbolera) los alumnos mostraron su entusiasmo rápidamente. algún ejercicio que motivase a los chicos a aprenderse los verbos.
La idea consiste en dividir a la clase en grupos. Durante la primera fase del juego se enfrentan los jugadores contra los miembros de su mismo grupo en una liguilla. El sistema de juego que diseñamos es sencillo: al estilo de un partido de fútbol, se enfrentan unos a otros individualmente. El que juega como local tiene dos minutos y medio para decidir qué cinco conjugaciones verbales se iban a usar (por ejemplo: el pretérito perfecto simple de indicativo del verbo “estudiar”), y local y visitante completan en sus cuadernos las conjugaciones de los cinco verbos en las seis personas. Dos errores ortográficos o en las conjugaciones equivalen a un fallo. Al final del partido, que dura 20 minutos, se intercambian los cuadernos y se corrigen entre ellos, utilizando la App de la RAE y unas “actas” que pegaron en su cuaderno.
Intentamos de esta forma que las conjugaciones se vean tres veces:
- al estudiarlas para preparar el partido
- al jugarlo
- al corregirlo.
Aquel que tiene más verbos bien, gana. En caso de empate, gana el visitante, porque el local tiene la ventaja de elegir los verbos.
Una vez terminada la fase de grupos, cuando todos han jugado contra todos, los mejores de cada grupo pasan a octavos de la fase final.
Para resumir, con el mismo sistema de juego, la fase final entre octavos y semifinales se juegan a doble partido. El resultado global (sobre 10) decide quién pasa de ronda, teniendo en cuenta el valor doble de los puntos conseguidos como visitante.
Para la final, los dos finalistas salen a la pizarra y se preguntan tres verbos cada uno, por turnos. Al final, el profesor elige otros tres verbos que tienen que resolver los dos.
Sin duda, repetiré este juego siempre que sea posible y buscaré nuevos contenidos que se puedan adaptar a otras estructuras de juego.